Aprovechando la exposición dedicada a los pintores realistas de Madrid (Antonio López, Amalia Avia, María Moreno, Esperanza Parada, Francisco López…) en el Museo Thyssen, hablamos hoy de esta corriente, una forma única de acercarse a la realidad. Este estilo nació en Francia a mitad del siglo XIX y su máximo exponente fue Gustave Courbet, quien acuñó el término al titular ‘Realismo‘ a un pabellón ordenó construir para albergar una exposición alternativa a la del Salón de París en 1885. Algunos la tildaron de provocativa, obscena y cruda. Se trataba de ‘El taller del pintor’ y los medios la criticaron al considerar que su contenido era anti-academicista. Después vendrían otros artistas galos como Honoré Daumier, Jean-François Millet o Thomas Couture, entre otros.
A menudo se identifican los puntos vertebradores del movimiento con los del realismo literario de célebres novelistas como Balzac. En sus primeros años de vida se identificó a este estilo con el compromiso con las clases bajas y populares y los movimientos de izquierda, lo que determinó el compromiso social e ideológico de esta serie de artistas franceses. Por otra parte, el nacimiento ya se venía gestando implícitamente por los artistas más inquietos, cansados de las obras que se centraban en aspectos más idílicos como el deseo y el romanticismo. Como hemos comentado más arriba, la crítica de la época aún era algo escéptica con el movimiento, por lo que muchas veces se veían excluidos de las principales muestras de arte, no obstante el academicismo acabó rindiéndose a la evidencia gradualmente, ya que el estilo reflejaba la realidad del momento como pocas obras entonces.
Durante los siguientes años el estilo se iría expandiendo por otros países, más allá de Europa, a veces cruzándose con otros estilos como el romanticismo o el impresionismo, con el que guardaba límites difusos. Inglaterra, Australia, Alemania, Estados Unidos, España… Cada país realizada obras influidas por su contexto histórico y social, algunas estaban inspiradas en la Revolución Industrial, otras en los paisajes, otras en el costumbrismo de sus pueblos… En nuestro país, podemos identificar entre los baluartes del movimiento a artistas como Madrazo o Rosales, ambos del siglo XIX. Durante dicho siglo se trató del estilo más destacado, apoyado por las instituciones y el academicismo. Años después, a finales de ese periodo y entrando en el siglo XX, este conviviría con otros géneros que irían ganando peso como el impresionismo, el surrealismo o el cubismo.